Yo ya era viejo o como se cita en el Tanaj "avanzado en años". Ya nada podía calentarme, entonces me trajeron a una hermosa joven llamada Abisag, sunamita. Yo ya carecía de fuerzas, no me conecté con Abisag y entonces morí.
Abisag se encargó del cuidarme en mis tres últimos años de vida. Yo no mostraba ningún sentimiento hacia Abisag. A mi muerte, mi hijo Adonías quería tomar a Abisag por esposa.
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