martes, 4 de junio de 2013

Vencí a Goliat

Fui al campamento militar para llevar alimentos a mis hermanos, que estaban en guerra, les llevé frutos y quesos. Jesé, mi padre era quien me había pedido ir a dejar aquella canasta de provisiones, cuando escuché a el gigante filisteo Goliat gritarle a mis compatriotas la frase "perros judíos", esto es irónico porque se dice que el término judío viene a partir de mi reinado, pero así lo cita el Tanaj en el libro de Samuel I.
Interrogué a mis hermanos sobre el hecho de que permitían este comentario de Goliat. Mis hermanos alegaban que la tierra temblaba cuando Goliat caminaba. Me declaré molesto y fue a hablar con el Rey Saúl, entonces rey de las 12 tribus. El rey dijo que yo no soportaría la armadura y efectivamente me la puso y cai al suelo. Pedí al rey que me dejara pelear sin armadura, dije que no superaría a Goliat en fuerza ni magnitud pero dije que tenía agilidad y que tenía al Eterno de mi lado. Entonces salí a pelear y cuando hice a Goliat caer, le quité su arma y lo vencí. Esta batalla dejó impresionado al Rey Saúl, quien aún no sabía que yo había sido ungido para quitarle el trono, y me invitó a vivir al palacio. El rey me dio una esposa, su hija menor, porque la mayor estaba enamorada de otro rey. El hijo de Saúl, Jonathan, me quería como a si mismo, según el libro de Samuel I.

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